Seguridad y normativa
Una barandilla no es solo un elemento decorativo; cumple una función esencial de seguridad, especialmente en escaleras, balcones o accesos. Es importante que cumpla con la normativa vigente en cuanto a altura, separación entre barrotes y resistencia estructural. En instalaciones industriales o comunidades de vecinos, estos requisitos son aún más estrictos.
También hay que considerar el tipo de uso: no es lo mismo una barandilla para interior que una expuesta a la intemperie. En ambos casos, conviene contar con materiales de calidad y una fabricación profesional para garantizar su durabilidad y buen comportamiento con el paso del tiempo.
Materiales y acabados
Los dos materiales más habituales son el hierro y el acero inoxidable. El hierro es resistente y se puede lacar en diferentes colores, pero requiere mantenimiento frente al óxido. El acero inoxidable, en cambio, es ideal para exteriores por su resistencia a la corrosión y su aspecto limpio y moderno.
Los acabados pueden ser pulidos, satinados, pintados o incluso combinados con madera o vidrio. Elegir bien el acabado es clave para que la barandilla encaje estéticamente en el entorno donde se instala.
Diseño y personalización
Las barandillas metálicas se pueden fabricar completamente a medida. Esto permite adaptar el diseño a las necesidades del espacio, respetando ángulos, alturas y formas irregulares. Además, una fabricación artesanal permite jugar con detalles que no se encuentran en productos prefabricados.
Desde diseños clásicos con barrotes hasta líneas modernas con chapa cortada al láser, hay múltiples opciones para lograr un resultado funcional y atractivo. La clave está en combinar diseño, seguridad y materiales adecuados.
